October 4, 2024
Contaminación por e-commerce en CDMX y el negocio de la quema de plásticos
BY: Oceana
Aunque la mayoría de los estados en México ya implementaron leyes para prohibir los plásticos de un solo uso, el creciente auge del comercio electrónico tras la pandemia de COVID-19 ha revelado un vacío legal en estas regulaciones. En Ciudad de México, donde se concentra el 30% de los consumidores de e-commerce del país, los plásticos de embalaje utilizados por plataformas como Amazon y Mercado Libre siguen sin estar explícitamente prohibidos. El problema es que estos residuos no se reciclan, sino que son llevados a plantas privadas donde se incineran, generando microplásticos y una liberación de gases contaminantes. Contratos obtenidos por Empower revelan que la única empresa autorizada para incinerar los residuos de la CDMX es una subsidiaria de CEMEX y que a ésta se le pagaron más de 389 millones de pesos por sus servicios sólo entre 2019-21.
Por: Elizabeth Rosales
La prohibición de las bolsas de plástico en estados como Sonora, Veracruz y Quintana Roo, en 2018, desencadenó un efecto dominó que, hasta hoy, ha llevado a 29 entidades federativas a adoptar legislaciones similares, incluyendo a Ciudad de México en 2019. Sin embargo, la batalla por erradicar los plásticos de un solo uso —aquellos que no se reutilizan ni se reciclan— aún está lejos de ganarse.
Durante la pandemia de COVID-19, un nuevo desafío para esta lucha emergió con fuerza: el plástico asociado al comercio electrónico, o “e-commerce”, un término que se refiere al uso de plataformas en línea para comprar, como Amazon, Mercado Libre, Shein o Aliexpress, entre otras.
A través de ellas, cualquier persona con acceso a internet y una tarjeta de crédito o débito puede realizar pedidos entre miles de productos sin salir de casa.
Tras la pandemia, el uso de estas plataformas se disparó a nivel mundial, especialmente en México. Aquí, este tipo de comercio se cuadriplicó, posicionando al país como líder en crecimiento de e-commerce, según la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO).
El problema es que cada vez que realizamos una compra en línea, también aumenta el uso de plásticos para el embalaje. Un ejemplo de esto son las bolsas de aire que se utilizan para rellenar espacios vacíos en las cajas cuando éstas son más grandes que el producto enviado o para amortiguar golpes, incluso en productos que no lo necesitan.
Y en México, la entidad federativa que más recibe estos plásticos es la capital, Ciudad de México.
Alrededor del 30% de los clientes del comercio electrónico del país viven ahí, según estimaciones de Oceana, una organización internacional dedicada a la conservación de los océanos que defiende la eliminación de plásticos alrededor del mundo.
Para Nancy Gocher, campañista senior y directora de incidencia en Oceana México, esto es problemático pues los plásticos del e-commerce no se reciclan ni procesan de una manera amigable con el medioambiente. Terminan en tiraderos de basura a cielo abierto, donde se convierten en microplásticos, o en plantas de incineración, donde liberan gases al aire, contaminando a la capital del país y sus alrededores.
Actualmente, la única empresa autorizada para realizar coprocesamiento de los residuos de la Ciudad de México es Pro Ambiente, S.A. de C.V., subsidiaria de CEMEX, S.A.B. de C.V. (BMV:CPO, NYSE:CX), con una planta en Tepeaca, Puebla y otra en Tlalnepantla, Estado de México. Entre 2014-21, estas plantas recibieron casi 2 millones de toneladas de residuos, en general, a incinerar.
“Ninguna de esas opciones es ideal”, dijo Gocher, refiriéndose al destino de estos plásticos tanto en plantas de incineración como en tiraderos de basura. Ella subraya que los plásticos siguen siendo unos de los principales contaminantes del mundo y señala que esto impacta en los océanos, en la salud de las personas y en los animales.
En febrero de este año, Oceana promovió una reforma a la Ley de Residuos Sólidos de la Ciudad de México para prohibir el uso de plásticos de un solo uso en el comercio electrónico, a menos que fueran compostables, y para establecer sanciones a las empresas de hasta 217,140 pesos por incumplimiento.
Sin embargo, la iniciativa no fue dictaminada a tiempo por el Congreso de la Ciudad de México, y los legisladores encargados de hacerlo dejaron sus cargos el 31 de agosto debido a un cambio de legislatura. Ahora, Oceana tendrá que volver a presentar esta iniciativa y buscar el apoyo del nuevo congreso.
Sucede que el comercio electrónico goza de un vacío legal en Ciudad de México, pues las leyes locales actuales no prohíben explícitamente los plásticos de un solo uso para ese fin, a pesar de que es el mismo material fue prohibido junto con las bolsas de plástico en 2019, explicó Gocher.
Ninguna autoridad tiene información precisa sobre el volumen de plásticos generados por esta actividad, pero estimaciones de Oceana señalan que, en 2021, el comercio electrónico produjo 86,000 toneladas de desechos plásticos sólo en Ciudad de México, equivalente a 29 camiones de basura llenos de plástico al día.
“Es muy grave lo que sucede con este tipo de productos y sin duda se tienen que hacer legislaciones efectivas que se implementen correctamente”, señaló Gocher.
El ciclo de los plásticos de un solo uso
En Ciudad de México, las alcaldías y dos secretarías del gobierno estatal son responsables en distinta medida del manejo de nuestros residuos, incluyendo los plásticos. Por un lado, las 16 alcaldías de la CDMX se ocupan de recolectar la basura que generan sus habitantes y de trasladar estos residuos a alguna de las 12 estaciones de transferencia que hay en la entidad a cargo de la Secretaría de Obras y Servicios (SOBSE) de la CDMX.
En estas estaciones, los vehículos recolectores concentran nuestros desechos para que vehículos de carga con mayor capacidad los recojan y transporten a alguna de las cuatro Plantas de Selección de residuos, también operadas por la SOBSE. En estas plantas, se lleva a cabo un proceso de selección y separación de residuos por tipo de materiales para darles un tratamiento final.
En el caso de los plásticos que no son reciclables, como los del comercio electrónico, se llevan a sitios de coprocesamiento donde serán incinerados.
Además de las alcaldías y de la SOBSE, está la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) de la Ciudad de México como responsable de crear, implementar y evaluar las políticas en materia ambiental.
Siguiendo esa línea, la SEDEMA es responsable de elaborar anualmente un informe llamado Inventario de Residuos Sólidos, en el que da a conocer datos sobre la generación y el manejo de los residuos de la CDMX con base en indicadores de las alcaldías y la SOBSE.
El Inventario más reciente contiene datos de 2022 y no aporta cifras para confirmar si la reforma de 2019 logró disminuir la generación de plásticos de un solo uso en CDMX y en qué medida.
Conseguir este tipo de datos es un asunto complejo, de acuerdo a Claudia Hernández Fernández, directora general de Coordinación de Políticas y Cultura Ambiental en la SEDEMA, quien respondió por escrito a un cuestionario enviado por Empower vía correo electrónico.
La funcionaria opina que sí ha habido disminución en la generación de plásticos a raíz de la reforma de 2019, pero identifica que realizar ese tipo de mediciones es uno de los retos más grandes para la SEDEMA porque “requiere de la participación activa de todos los sectores involucrados”, como sería el caso de las 16 alcaldías y de la SOBSE.
Para este reportaje, Empower solicitó entrevista al área de comunicación social de la SOBSE, pero al cierre de esta edición no la había otorgado ni respondido a un cuestionario escrito.
Hernández explicó que la SEDEMA ha impulsado distintas estrategias enfocadas en evitar la contaminación plástica e incrementar la circularidad en el sector, refiriéndose a un modelo de “economía circular” que consiste en fomentar la posibilidad de darle una segunda vida a estos desechos.
Sin embargo, señala que esto sólo es posible para ciertos plásticos. Por ejemplo, aquellos elaborados con monomateriales (un solo tipo de plástico) y plásticos reutilizables o reciclables, como el PET.
“Los plásticos de un solo uso no pueden cumplir con estos principios debido a que son concebidos para ser utilizados por un breve tiempo, convirtiéndose en residuos casi al instante”, explicó la funcionaria.
Es por ello que estos materiales, cuando logran llegar a las plantas de separación de residuos, suelen ser dispuestos en plantas de coprocesamiento, o de incineración de residuos, de acuerdo a la norma ambiental de la Ciudad de México en materia de residuos (NADF- 024-AMBT-2013).
Actualmente, la subsidiaria de CEMEX — Pro Ambiente, S.A. de C.V. — es la única empresa autorizada para realizar coprocesamiento para la CDMX. Esta maneja una planta en Tepeaca, Puebla, y otra en Tlalnepantla, Estado de México.
Sólo por sus servicios entre 2019-21, la CDMX le pagó a Pro Ambiente un total de 389,065,973 MXN, según contratos obtenidos por Empower.
La planta de Tepeaca incinera alrededor de 763 toneladas diarias de residuos provenientes de todas las estaciones de transferencia de la Ciudad de México. En cambio, la planta de Barrientos en Tlanepantla recibe residuos únicamente de una planta de selección en Azcapotzalco. La primera está implicada en diversas controversias, incluyendo contaminar suelo agrícola y dejar sin agua a los pobladores rurales de la región, además de estar implicada en la falta de pago de impuestos por uso de suelo y predial.
Empower solicitó comentarios para este reportaje tanto a CEMEX como a Pro Ambiente, via correo electrónico y redes sociales. Sin embargo, ninguna respondió al cierre de esta edición.
Conflictos ambientales por incineración de residuos
En 2019, la planta de CEMEX en Puebla fue clausurada por incumplir la norma ambiental federal, al no detallar los efectos nocivos de la planta para el ambiente. Para entonces, la planta tenía 37 quejas ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), de las cuales ninguna derivó en una irregularidad o multa.
Según PROFEPA, las únicas multas por emergencias ambientales registradas contra CEMEX o su subsidiaria Pro Ambiente, S.A. de C.V., entre 1996 y 2022, fueron impuestas en los estados de Coahuila, en 1997, sin especificar el monto de la multa; Nuevo León en 2004, con una multa de 23,751 MXN; y Tamaulipas en 2015, sin detallar el monto de la multa.
La planta de Tepeaca sigue operando al día de hoy, pero 2019 fue el último año en el que reportó sus descargas de residuos peligrosos ante el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC), un instrumento de política ambiental que es voluntario para las empresas y que captura datos de las sustancias tóxicas liberadas al medioambiente por ellas.
Según la cédula CME732104011, la planta de CEMEX en Tepeaca registra nueve sustancias vertidas al aire entre 2004-19.
Además de la contaminación producida por la incineración de basura, medios de comunicación como La Jornada de Oriente han reportado que la extracción de agua “sin control” por parte de CEMEX ha causado estragos en las comunidades agrícolas de la región.
CEMEX, ubicada en los municipios de Cuautinchán, Tecali de Herrera y Tepeaca, Puebla, tiene cinco concesiones de agua que le otorgan 1,611,008 m3 por año de extracción de agua subterránea y un volumen de 25,455 m3 anuales para descargas de agua residual, según el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA). Lo anterior es equivalente a 53 millones de garrafones de 30 litros en un año o, visto de otro modo, 147,124 garrafones diarios.
Asimismo, destacan otro tipo de denuncias periodísticas contra CEMEX, como que, en 2020, CEMEX debía 120 millones MXN por concepto de impuesto predial al municipio de Cuautinchán, a pesar de abastecer de materiales a proyectos como la refinería Dos Bocas en Tabasco, el Tren “Maya” en la Península de Yucatán y el aeropuerto Felipe Ángeles en el Estado de México.
En cuanto a las emisiones de la planta de CEMEX en Barrientos, Estado de México, ésta no ha hecho reportes al RETC desde 2013 y los únicos datos disponibles sobre su impacto ambiental son los siguientes:
Desafíos en la gestión de plásticos
Plantear una posible solución a los problemas de contaminación por plásticos de un solo uso es complicado, incluso para expertas como Alethia Vázquez, profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de Azcapotzalco, especialista en residuos plásticos.
Por un lado, encuentra limitaciones en que no hay datos oficiales disponibles para conocer el tipo de contaminación específica que se genera en la ciudad.
“Nosotros [en UAM Azcapotzalco] nos hemos dado a la tarea de generar esa información, pero creo que las autoridades no cuentan con los recursos humanos ni económicos necesarios para llevar a cabo esas tareas”, explica Vázquez, quien considera que la mayor fuente de contaminación por plásticos sigue siendo la que deriva de bolsas plásticas, unicel y artículos desechables.
Desde su punto de vista, la falta de datos tiene que ver con que la gestión de residuos depende de dos entes separadas (SEDEMA y SOBSE) que se apoyan en las 16 alcaldías, y que cada Secretaría enfrenta problemas diferentes de modo que no siempre avanzan en la misma dirección.
“Hay políticas que se han generado desde la SEDEMA, que la SOBSE no aplica porque tiene que resolver la operación, que cada día pase el camión de la basura en algún lado para que no se genere un problema de salud pública o social. Entonces creo que a veces no van exactamente alineadas, quizá no por falta de deseo sino de presupuesto y personal con capacitación técnica”, opina Vázquez.
En cuanto a los plásticos que genera el e-commerce, Vázquez menciona retos empezando por la separación de residuos, pues asegura que algunos plásticos de los embalajes sí podrían reciclarse, pero que esto no ocurre en la práctica porque no es costeable para las personas que se dedican a la separación de residuos para venderlos por kilo.
“A la gente le pagan por kilo de material y para juntar un kilo de botellas a lo mejor la persona se tiene que agachar 20 o 30 veces para recogerlas. En cambio, para juntar un kilo de bolsitas de envío electrónico son más de cien veces, entonces la relación costo-beneficio no es conveniente para estas personas”, explica la investigadora. “Tampoco es fácil pensar en sustituciones [para el e-commerce]. Los compostables son más caros y, pues, existe la piratería, los plásticos que se dicen compostables y no lo son”.
De acuerdo a la SEDEMA, en CDMX existen 25 empresas autorizadas para producir y comercializar bolsas de plástico compostables, 49 empresas para otros productos plásticos compostables, 30 para bolsas reutilizables, 23 para bolsas para manejo de residuos inorgánicos y 5 para productos plásticos elaborados con material reciclado posconsumo.
Reforma de 2019 y la iniciativa sin dictamen
Tras los primeros estados que legislaron en 2018 la prohibición de las bolsas de plástico en el país, la Ciudad de México se sumó con una reforma que además incluyó otros productos elaborados con plásticos de un solo uso, entre ellos utensilios desechables, aplicadores de tampones, globos y varillas de plástico.
Como ya se mencionó, 29 entidades federativas han adoptado medidas similares, pero ninguna ha considerado, aún, la prohibición de plásticos del comercio electrónico.
Oceana decidió impulsar una iniciativa para prohibir estos plásticos en CDMX por dos razones: porque esta entidad concentra el mayor porcentaje de usuarios de e-commerce del país y porque vieron la oportunidad de iniciar un efecto cascada como el que ya se vio con las bolsas de plástico.
“El impacto que podría tener la Ciudad de México, sobre todo como ejemplo para otros estados, sería muy grande, por eso decidimos que fuera así”, dijo la vocera de esta organización.
Fue en febrero de este año que los diputados Javier Ramos Franco, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), y Federico Döring Casar, del Partido Acción Nacional (PAN), presentaron esta iniciativa para regular los residuos del e-commerce ante el Congreso local, el mismo que aprobó la reforma anti-plásticos de 2019.
“Nosotros lo teníamos en la agenda, entonces tuvimos un acercamiento con Oceana desde el año pasado, una organización muy seria que está dedicada a la protección de los mares y entre sus estrategias está el tema de los plásticos. Todo ello nos llevó a elaborar y presentar esa iniciativa que precisamente trataba de regular otro tipo de plásticos de un solo uso. En su momento dijimos que era el segundo piso de aquella gran reforma que se logró en 2019 […] Lamentablemente, tú conoces los resultados y hasta este momento no hemos logrado que haya eco en la propuesta”, dijo el diputado Ramos en una entrevista realizada el 21 de agosto, una semana antes de que terminara el periodo de la II Legislatura.
La iniciativa estuvo un poco más de cinco meses en espera de un dictamen por parte de la Comisión de Medio Ambiente, presidida por la diputada Tania Larios del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Hasta que finalmente, el 31 de julio, se le dio un ultimátum y un plazo de cinco días para emitir un dictamen. Sin embargo, el plazo venció sin que Larios convocara a junta legislativa.
“En vista de que esta Comisión no estaba dispuesta o no estaba en su agenda el abordar el análisis de este tema, se solicitó que se turnara a otra comisión porque así lo marca la normatividad interna del Congreso”, explicó Ramos en su momento.
La iniciativa así pasó a manos de la Comisión de Normatividad Legislativa, Estudios y Prácticas Parlamentarias, pero nuevamente no tuvo éxito.
El ciclo de esa legislatura terminó su gestión el 31 de agosto con la entrada del nuevo congreso, sin que la iniciativa promovida por Oceana obtuviera un dictamen. Por ello, tendrá que volver a ser presentada desde cero ante la nueva legislatura.
Amazon y Mercado Libre, principales plataformas en México
Debido a la falta de herramientas para medir la contaminación por plásticos de un solo uso en México, y menos aún para obtener trazabilidad de ellos, no es posible determinar qué empresas de e-commerce son las que más contaminan con estos materiales.
Sin embargo, las empresas de este giro más relevantes en México por su tamaño de mercado fueron, en 2022, Mercado Libre (24%) y Amazon (23%), muy por encima del tercer lugar, que fue Walmart México (7%), según Statista, un portal de estadísticas con datos de estudios de mercado.
La diferencia entre la paquetería de Amazon y Mercado Libre es que la primera concentra sus operaciones de logística en 11 centros de distribución ubicados en ciudades como Tijuana, Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México, entre otras. De modo que Amazon se encarga del empaquetado y de realizar los envíos, mientras que en Mercado Libre los responsables finales de esto último siguen siendo las y los vendedores. Algo que, a consideración de la académica Alethia Vázquez, sería difícil de vigilar en el caso de que se regule el uso de plásticos para e-commerce.
“Se pone mucho el ojo en Amazon, y es claro por qué, pero tenemos muchas otras plataformas donde la situación es aún más compleja. Por ejemplo, en Mercado Libre el envío te lo hace directamente el vendedor, pero ¿quién va a regular a los miles de vendedores que hay en el país?”, cuestionó.
Apenas en junio de este año, Amazon anunció su compromiso de eliminar en un 95% el uso de bolsas de aire en sus empaques en Norteamérica, para poder ofrecerle a sus clientes una experiencia más sostenible. “Este será nuestro esfuerzo más grande de reducción de plásticos en la región, y evitará el uso de casi 15,000 millones de almohadillas de plástico al año”, anunció la plataforma mediante un comunicado.
Para Prime Day, que fue del 16 y 17 de julio, Amazon asegura haber cumplido con este compromiso al menos en Estados Unidos y, para finales de año, espera que esto sea verídico para toda América del Norte, incluyendo México, aseguró a Empower Barbara Agrait, vocera de Amazon.
De acuerdo a Nancy Gocher, de Oceana, los pedidos de Amazon que llegan desde Estados Unidos están empezando a reducir los plásticos en sus envíos, pero los paquetes que posiblemente aún no lo hacen son aquellos que se empaquetan en centros de distribución mexicanos.
El problema es que, además de Amazon, existen miles de plataformas de comercio electrónico que no han asumido este compromiso y no es deseable sólo confiar en la buena voluntad de las empresas.
“Es muy difícil que las empresas se comprometan si no hay una legislación de por medio, especialmente en México, donde los compromisos se pueden evadir en cualquier momento”, señaló Gocher.
Michelle Montiel, de 30 años, y habitante de la Ciudad de México, es usuaria de estas plataformas con una frecuencia de hasta ocho veces al mes, siendo Amazon y Mercado Libre las que más utiliza. Su opinión es que ambas podrían mejorar su eficiencia logística para contaminar menos.
“Debo reconocer que Amazon a veces tiene esta iniciativa de que si pides varias cosas trata de juntarlas para que sea sólo un empaque, pero no siempre. En Mercado Libre si pides tres cosas, pueden llegar el mismo día, pero con tres diferentes repartidores y en tres diferentes empaques”, cuenta Montiel.
En su experiencia, además, observa que hay ocasiones en las que realiza pedidos en línea y nota que el producto no justifica la cantidad de plásticos que contiene el empaque. A veces pide cosas como juguetes o rompecabezas que no sufrirían mayor daño si prescinden de bolsas de aire u otros plásticos; sin embargo, los ha encontrado al abrir sus paquetes.
Algo similar cuenta Alejandro Coronado, de 31 años, también habitante de la Ciudad de México y usuario de e-commerce al menos unas ocho veces al mes en las que llega a recibir hasta 16 paquetes.
“A veces me mandan barras de jabón con empaquetados o cosas por el estilo y no se me hace que tenga sentido que vengan así [de protegidas], pero por otro lado lo entiendo. Cuando pido un electrónico o algo que tiene un mayor valor, ahí sí creo que es necesario algún tipo de protección y yo preferiría que lo tuviera”, opina Coronado.
Desde su punto de vista, el impacto ambiental de comprar un segundo celular porque el primero se dañó durante el envío, puede ser incluso mayor, pero en general piensa que los protectores podrían evitarse para otro tipo de productos y le gustaría, al igual que a Montiel, alguna medida para atender este problema.
Nuevo congreso, nueva oportunidad
Este primero de septiembre, se instaló la III Legislatura del Congreso capitalino, integrada por 66 diputadas y diputados. Serán ellos quienes, en los próximos meses, deberán evaluar la iniciativa de Oceana, emitir un dictamen y en todo caso llevarla al pleno para que sea votada.
Ramos Franco aseguró en entrevista que su bancada, al igual que Oceana, retomarán el tema porque responde a una demanda ciudadana y a una necesidad ante problemas mundiales como los microplásticos y el calentamiento global.
Aunque en México, los plásticos del comercio electrónico son un tema del que apenas se empieza a hablar, países como Colombia, Chile, China y la India ya han legislado para eliminarlos en sus territorios.
Las tendencias globales son preocupantes para los defensores medioambientales y es por esto que no desisten. Según datos de Oceana, la producción anual de plásticos en el mundo pasó de 1.8 millones de toneladas en 1950 a 465 millones de toneladas en 2018 y sólo el 9% de todos los plásticos que se han generado en la historia de la humanidad han sido reciclados.
A esto se suma que, para el caso de México, las proyecciones sugieren que el 90% de la población mexicana será usuaria de comercio electrónico para 2029, de acuerdo a Statista. En este sentido, Oceana no considera como opción pedirle a los usuarios que dejen de realizar compras por internet, sino exigirle a las grandes empresas que eliminen los plásticos de un solo uso, pues tienen la capacidad económica y logística para cambiar de materiales contaminantes, además de la responsabilidad de actuar frente a la crisis medioambiental por plásticos.
“Lo que las personas pueden hacer es pedirle a esas empresas que no usen plástico y pedirle a las autoridades que creen legislaciones fuertes para que no tengan la posibilidad de usar esos plásticos”, dijo Gocher.
Ellos no se conocen entre sí, pero Michelle y Alejandro coinciden en esto.
“Sería oportuno obligar a las empresas a encontrar alternativas más sustentables. Los tiempos cambiaron y esto [el e-commerce] tomó un mayor lugar en la vida de todos”, opinó Montiel.
“Creo que es una respuesta inmediata [a las demandas de] la sociedad. Yo no pienso que haya muchas personas que se encuentren en contra de que regule”, agregó Coronado. “No siento que sea un problema para las personas, pero puede ser un problema para las empresas y si se regula sería muy claro quiénes son los responsables”, concluyó.
Contaminación por e-commerce en CDMX y el negocio de la quema de plásticos, reportaje de Empower publicado el jueves 3 de octubre de 2023.
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