Mapas 3D, una tecnología clave para conocer los arrecifes de México - Oceana México
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September 22, 2021

Mapas 3D, una tecnología clave para conocer los arrecifes de México

 

La humanidad llegó al siglo XXI conociendo mejor el espacio exterior que sus propios océanos. Esta ironía se debe en buena medida a las dificultades que implica sumergirse y trabajar en el mar.

Al igual que en el espacio exterior, en el fondo marino existen factores que hacen difícil o imposible la presencia humana. Por ejemplo, a mayor profundidad la luz escasea, la presión aumenta y la temperatura disminuye. Las corrientes marinas también pueden ser difíciles de maniobrar, por lo que enviar personas o vehículos es una tarea complicada.

Afortunadamente, con el desarrollo de la ciencia y la tecnología es posible enfrentar estas dificultades y explorar los mares en mejores condiciones y con mejores resultados. Por lo tanto, vivimos en una era muy prometedora para el descubrimiento de los océanos y los científicos se frotan las manos como niños en una tienda de dulces.

Descubriendo los océanos de México

En México se marcó un hito en la exploración de los océanos en 2021 con la expedición Proyecto Alacranes, organizada por Oceana México al Parque Nacional Arrecife Alacranes, que se ubica unos 140 kilómetros al norte de Yucatán y alberga el sistema arrecifal más grande en el sur del Golfo de México. También se exploraron los Bajos del Norte, que es un sistema arrecifal vecino que, a diferencia de Alacranes, no está protegido como área natural.

Una docena de científicos que participaron en la expedición llevaron no sólo distintos conocimientos de frontera, sino que usaron la ciencia más avanzada para realizar sus observaciones. Por ejemplo, recolección y análisis de ADN en el ambiente, y elaboración de mapas 3D a través de fotogrametría subacuática, técnica en la que nos concentraremos en este texto para entender de qué va.

Fotogrametría, ¿qué es y por qué importa?

Como sus raíces lingüísticas lo insinúan, la fotogrametría es una técnica que permite medir la realidad a través de fotos. A partir de puntos fijos identificados en fotografías bidimensionales, permite calcular distancias y proporciones para luego reconstruir objetos u escenarios en modelos tridimensionales (3D).

A pesar de basarse en principios científicos antiguos, la creación de modelos y mapas en 3D mediante fotogrametría apenas se ha hecho habitual en años recientes con el avance de la tecnología fotográfica y de las computadoras. En la actualidad es una técnica científica común para mapear la corteza terrestre. A nivel comercial, se usa en la elaboración de mapas con fotografías aéreas capturadas con drones, o en aplicaciones para impresiones 3D.

La fotogrametría subacuática es menos común, posiblemente por las dificultades y los costos que implica tomar fotografías de buena calidad bajo el agua. En México, son pocos los estudios que utilizan esta técnica para extraer información, y apenas se ha practicado en lugares como Cozumel. Por eso la expedición a Arrecife Alacranes es fundamental, porque permite consolidar el uso de la fotogrametría para conocer los mares de México.

Y esto, ¿de qué sirve a los océanos?

Aplicado a los océanos, este método permite generar un modelo digital 3D de alta resolución del fondo marino. Estos modelos 3D y los mosaicos fotográficos que resulten podrán ser usados como base para otras investigaciones que vengan en el futuro.

Además, proporcionarán información sobre la estructura y función de los organismos que viven sobre o cerca del lecho marino (comunidades bentónicas). Entre los datos que se podrá obtener, están la presencia y abundancia de especies de coral, la incidencia de enfermedades y de blanqueamiento (un problema coralino cada vez más frecuente), además de la cobertura de algas.

Toda esta información ayuda a completar el registro biológico y a identificar el estado de conservación en que se encuentran tanto el arrecife Alacranes como los Bajos del Norte.

Por si fuera poco, la fotogrametría no afecta el arrecife, como sí lo hace la presencia física de buzos o vehículos, que además presentan como dificultades el tiempo de inmersión, el oxígeno de los taques o incluso la intoxicación por nitrógeno.

Fotogrametría, ¿qué es y por qué importa?

Como sus raíces lingüísticas lo insinúan, la fotogrametría es una técnica que permite medir la realidad a través de fotos. A partir de puntos fijos identificados en fotografías bidimensionales, permite calcular distancias y proporciones para luego reconstruir objetos u escenarios en modelos tridimensionales (3D).

A pesar de basarse en principios científicos antiguos, la creación de modelos y mapas en 3D mediante fotogrametría apenas se ha hecho habitual en años recientes con el avance de la tecnología fotográfica y de las computadoras. En la actualidad es una técnica científica común para mapear la corteza terrestre. A nivel comercial, se usa en la elaboración de mapas con fotografías aéreas capturadas con drones, o en aplicaciones para impresiones 3D.

La fotogrametría subacuática es menos común, posiblemente por las dificultades y los costos que implica tomar fotografías de buena calidad bajo el agua. En México, son pocos los estudios que utilizan esta técnica para extraer información, y apenas se ha practicado en lugares como Cozumel. Por eso la expedición a Arrecife Alacranes es fundamental, porque permite consolidar el uso de la fotogrametría para conocer los mares de México.

Y esto, ¿de qué sirve a los océanos?

Aplicado a los océanos, este método permite generar un modelo digital 3D de alta resolución del fondo marino. Estos modelos 3D y los mosaicos fotográficos que resulten podrán ser usados como base para otras investigaciones que vengan en el futuro.

Además, proporcionarán información sobre la estructura y función de los organismos que viven sobre o cerca del lecho marino (comunidades bentónicas). Entre los datos que se podrá obtener, están la presencia y abundancia de especies de coral, la incidencia de enfermedades y de blanqueamiento (un problema coralino cada vez más frecuente), además de la cobertura de algas.

Toda esta información ayuda a completar el registro biológico y a identificar el estado de conservación en que se encuentran tanto el arrecife Alacranes como los Bajos del Norte.

Por si fuera poco, la fotogrametría no afecta el arrecife, como sí lo hace la presencia física de buzos o vehículos, que además presentan como dificultades el tiempo de inmersión, el oxígeno de los taques o incluso la intoxicación por nitrógeno.