Saltar desde un barco en el Golfo de México
Los días en el barco pasan. La emoción de de estar a bordo de una expedición científica por el Golfo de México sigue al tope. El día de hoy comenzó como todos los anteriores, nos preparamos para los buceos y todo el barco estaba enfocado en las tareas programadas.
El calor nos orilló a bajar el ritmo y por la tarde rompimos la rutina. Nos dimos el tiempo de disfrutar un poco de la compañía y del paisaje, hacer competencia de saltos y nadar a la sombra de la embarcación. El Dr. Nuno Simões nos dió cátedra de cómo hacerlo.
Sentimos el cambio de temperatura en nuestros pies mientras flotábamos y al salir del agua disfrutamos de un atardecer dorado que nos permitió reflexionar un poco sobre esta experiencia. La inmensidad del océano es un recordatorio de que tenemos el poder, como humanidad, de actuar para tener mares sanos y abundantes, pero todo poder conlleva una gran responsabilidad.
Sí, está en nuestras manos, en la de las autoridades, empresas, pescadores y las millones de personas que habitamos este planeta azul, involucrarnos y trabajar para que esta y las siguientes generaciones sigan disfrutando de las maravillas del Golfo de México, una porción de agua tan vasta e imponente que también enfrenta amenazas como la contaminación, derrames petroleros y por supuesto, los impactos de la crisis climática.
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Personalmente me llevo un reto a la ciudad ¿Cómo explico la inmensidad que vi en los pequeños detalles? Vivir cerca de expertos y tener clases básicamente personalizadas me ha revelado la importancia de conocer para entender la función de cada organismo. Me queda de tarea transmitir la pasión de todas las personas a bordo, poder plasmar esas sonrisas, esa esperanza y ese gran asombro por la abundancia de estos lugares.
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