Una última oportunidad para el mar
Enfrentamos una lenta pero progresiva liquidación del océano, lo que hace urgente aprovechar las oportunidades que se tienen a la mano para revertir su deterioro. Si bien nuestra principal fuente de vida ha ido perdiendo la batalla ante el avasallamiento de la sobreexplotación, la contaminación y la destrucción de los hábitats marinos, también es cierto que podemos poner un alto a este proceso y reparar los daños.
La degradación de los mares va más allá de ser un tema ético o de conciencia, pues en la realidad implica impactos adversos sobre la principal fuente de alimento, oxígeno, y en términos generales, de bienestar que hay en el planeta. El dilema ético se desvanece claramente cuando vemos que más del 40% de las especies pesqueras están sobreexplotadas; que se ha perdido la tercera parte de los hábitats marinos críticos y que se han arrojado al océano más de 13 mil millones de toneladas de plásticos desechables desde 1950.
México ha aportado en gran medida a la pérdida de salud del mar. La protección y restauración de nuestros mares ha quedado reducida a un segundo plano en las prioridades de la agenda nacional, opacada por la crispada atmósfera política e invisibilizada ante la polarización que vivimos en el país.
Desde Oceana hemos contribuido a evidenciar las principales causas de deterioro, insistiendo en la urgencia de contar con mejores políticas públicas que contribuyan a revertirlo y proponiendo soluciones políticas y legislativas basadas en evidencia científica.
¿Será posible que alguna vez el medio ambiente sea prioridad en la agenda nacional? Necesitamos que así sea y hoy nos encontramos frente a oportunidades para revertir el deterioro del océano, por medio de iniciativas legislativas impulsadas por legisladores que han decidido voltear a ver al mar.
Son tres iniciativas de reforma que buscan restaurar la abundancia del mar para la recuperación de especies pesqueras; proteger hábitats cruciales para el mantenimiento de la biodiversidad marina y poner un alto a la contaminación marina causada por la producción y uso de plásticos desechables.
El pasado primero de febrero dio inicio un nuevo período ordinario de sesiones en el Poder legislativo, lo que abre nuevamente una ventana de oportunidad que durará muy poco para que estas iniciativas sean revisadas y aprobadas, considerando que este 2023 habrá elecciones para gubernaturas en el Estado de México y Coahuila y que se perfilan candidaturas anticipadas para “la grande” en 2024. Así que las iniciativas deben ser aprobadas por ambas cámaras del Congreso de la Unión antes de diciembre de este año. Pasando este plazo, nuevamente la protección de los océanos podría quedar secuestrada en el limbo político de los intereses particulares de gremios y partidos, lejos, muy lejos del interés primordial del bienestar social.
Es ahora o nunca cuando el Congreso debe poner atención en la gente y sacar adelante las leyes que aseguren un océano saludable que nos siga proveyendo de alimento, oxígeno y bienestar.
Se trata, pues, de la última oportunidad que tiene el mar. La bolita está en la cancha de diputados y senadores quienes tendrán en sus manos asegurar un futuro saludable para la sociedad o dejarnos nuevamente al borde del desastre ambiental.
*Atarraya de Esteban García-Peña, director de la campaña de pesquerías en Oceana en México, publicado el 16 de febrero de 2023 en Animal Político.