Cada año, miles de ballenas migran desde las frías aguas del norte hasta las costas del Pacífico mexicano haciendo gala de su majestuosidad.
La ballena azul, la gris y la jorobada suelen ser las más conocidas. Sin embargo, en esta lista de visitantes indómitos aparece una menos popular pero con un terrible pasado y un futuro peor: la ballena franca.